Agua pura y fría es el líquido preferido cuando hace ejercicio, aunque muchos entrenadores y atletas alguna vez creyeron que restringiendo el agua durante una competencia o práctica, hacía a un atleta más fuerte—que de alguna manera los atletas necesitan menos agua. Desdichadamente, algunas personas todavía siguen esta práctica que disminuye su rendimiento y es realmente peligrosa. Sin suficiente agua para enfriarse por sí mismo, el cuerpo se puede calentar a niveles sumamente peligrosos.
Los atletas con buena condición física necesitan más agua –no menos. El atleta en buena condición física es capaz de guardar y quemar más energía en un periodo corto de tiempo. Eso significa que su cuerpo deja escapar más calor, requiere más enfriamiento, pierde más agua y necesita más agua para reponer sus reservas. También, usted podría haber incrementado su reacción a sudar, lo que significa que usted pierde mucho más agua. Como un atleta en forma, usted necesita más agua que otras personas.
Cuando usted se siente cansado y con calor durante un entrenamiento o juego, beber grandes cantidades de agua de manera rápida, le podría causar incomodidad o calambres estomacales. Pero esa no es una buena razón para restringir el agua. Beber cantidades moderadas a intervalos frecuentes es la mejor estrategia durante una competencia o práctica. Aproximadamente un vaso (6 a 8 onzas) de agua fría cada 15 ó 20 minutos durante una actividad, es lo adecuado para la mayoría de atletas. Algunos atletas podrían beber un poco más en cada intervalo. El agua fría (40-50 grados Fahrenheit) es mejor. El agua fría ayuda a absorber el calor del cuerpo, y se vacía del estómago al intestino a una velocidad rápida, lo que permite su absorción rápida dentro del cuerpo.
La mayoría de peso que usted pierde durante un evento o entrenamiento, es agua que se pierde a través del sudor. Por supuesto que usted pierde peso cuando su cuerpo quema materiales de energía. Por ejemplo, el glicógeno almacenado en el hígado y las células de los músculos es usado como energía, lo que resulta en la pérdida de peso. Alguna grasa y proteína se quema como energía, y eso resulta en una pérdida adicional de peso. Sin embargo, la mayoría de peso que usted pierde durante una actividad física intensa, es agua que se pierde a través de la transpiración.
Algunos entrenadores e instructores pesan a los atletas antes de una competencia o entrenamiento y nuevamente al final de la actividad. Antes que los atletas se retiren del gimnasio, se les pide que tomen agua hasta que ellos estén dentro de una libra de diferencia respecto a su peso inicial. Dos vasos de ocho onzas de agua son consumidos por cada libra de peso perdida. Esta práctica—peso al inicio, peso al final y beber la diferencia–es una excelente manera de protegerse contra la deshidratación. Usted puede hacer esto por sí mismo inclusive si su entrenador no se lo pide.