Se estima que hasta un 10% de la población puede enfermar por infección en hospitales por ineficiente higiene y ventilación (OMS)
Resulta impresionante la cantidad de gente que puede contraer una infección en el mismo hospital sin una ventilación artificial y natural adecuada, sin que esta haya estado en nuestro organismo, y es un problema que atañe a los países desarrollados, pero más en aquellos que están en desarrollo. Esto se puede derivar de un mal manejo de la higiene, y además, porque no hay una aireación adecuada, con un cuidado en el mantenimiento de ventiladores o extractores.
Desde años atrás, la Organización Mundial de la Salud, ha venido promoviendo y estipulando guías de mucha importancia para la población y sus gobiernos. Algunas de esas guías van dirigidas específicamente a la prevención de afecciones nosocomiales o las que se adquieren en un hospital, sin necesidad de que la infección haya estado en periodo de incubación o al momento del ingreso del paciente.
Es aquí donde entra el tema de la ventilación, ya sea artificial o natural, de hecho a esta última no se le había considerado una opción viable desde un principio, y solo dejaban la responsabilidad al método de aireación por extracción o mediante el uso de ventiladores.
Es vital que los distintos organismos y también nosotros mismos, pongamos atención a tales guías, claro, tal información debe usarse en complemento con otra clase de información.
Concretamente, existe un compendio de guías que se titulan: Prevención y control de infección en enfermedades respiratorias agudas con tendencia epidémica y pandémica durante la atención sanitaria, donde equipos multidisciplinarios de investigadores en microbiología, otorgan las pautas a seguir para los encargados de diseñar los nosocomios y hospitales en general; de tal manera, arquitectos, edificadores, diseñadores e ingenieros, estén listos para planificar adecuadamente. Un punto importante dentro de dichas guías, es la estipulación de las soluciones de ventilación mecánica (ventiladores) y natural, y su relación con la evasión de enfermedades hospitalarias.
Principales propósitos de las guías para la reducción de enfermedades hospitalarias por medio de una ventilación natural
- Uno de los objetivos primordiales, es originar una idea, donde la ventilación natural forma importante de cualquier proyecto nosocomial, esto, para poder prevenir con antelación, cualquier amenaza de iniciación y propagación de enfermedades contagiosas en cualquier espacio de salud, ya sea público o privado.
- La otra meta importante, es proporcionar u ostentar las bases para que los encargados de la construcción, sepan constituir de forma óptima la edificación sanitaria pertinente, donde la aireación natural, es tema primordial, ya que es el núcleo en el control de infecciones epidémicas.
Cuáles son las recomendaciones principales de la OMS para prevención de enfermedades hospitalarias con ayuda de la ventilación
- Esta primera recomendación general, se encuentra dentro de una clasificación de índole estricta. Esencialmente estipula que, es vital que todas las estancias nosocomiales cuenten con una aireación adecuada, ya sea natural o artificial, con uso de ventiladores o extractores; sin duda, esto contribuirá enormemente para prevenir infecciones que se puedan transmitir por vía aérea.
- En caso de recurrir a la aireación natural, es esencial que se cumplan con tasas de caudal específicas, que se miden en litros por segundo por paciente. En un área para prevención de la transmisión aérea de
enfermedades, se requieren 160 l/s/paciente, eso sería lo ideal, y como mínimo: 80 l/s/paciente (aplica para nuevos hospitales y renovaciones de tamaño grande).
- En cuanto a los servicios generales en hospitales y consultas externas, se requerirán 60 l/s/paciente. Mientras que para pasillos sin un número de personas en específico, solo bastará con tener un caudal de 2,5 l/s/paciente. Sin embargo, esto cambia cuando hay ocasiones de emergencia y cuando se traten a las personas en los mismos pasillos, entonces los caudales deben ser los mismos que en salas de prevención o para servicios generales, es decir, un caudal de 60 l/s/paciente como mínimo y 160 l/s/paciente como máximo.
- Si no es suficiente la circulación de aire natural, entonces es importante acudir a otros elementos, como la aireación mixta, o incluso el uso mecánico de tales elementos, como ventiladores y extractores; esto sería una recomendación condicional, de acuerdo a la OMS.
- En caso de que los arquitectos y constructores diseñen un centro de salud con características de extracción natural, es necesario que se aseguren de trasladar los agentes infecciosos a un área especial para diluir los patógenos, y que de preferencia, sea en exteriores.
Es importante que en cualquier actividad hospitalaria que involucren la aparición de aerosoles, y que además se puedan asociar a la propagación de infecciones, se cuenten con los caudales de aire expuestos en el punto número dos; si los agentes se propagan de manera aérea, entonces las recomendaciones son las mismas que en el punto dos y tres. Y si ventilar naturalmente resulta insuficiente, habrá que recurrir a dispositivos, como ventiladores y extractores.