La aireación natural y mecánica (ventiladores), están muy estrechas entre sí cuando se habla de la circulación del aire en centros de salud, hospitales o centros para control de epidemias. Cada una posee sus virtudes e inconvenientes, donde lo importante es cómo y en qué momento hacer uso de ambos estilos de aireación.
Como ejemplo, se pueden ver datos e información en hospitales alrededor del mundo, en los que arrojan resultados de la renovación del aire, por medios naturales y artificiales. En Reino Unido, no es obligatorio que todos sus nosocomios o centros de salud, cuenten con ventilación artificial (ventiladores, extractores, etc), de hecho, tratan de limitar tales mecanismos, y las áreas de aislamiento, zonas de tratar infecciones aéreas, quirófanos, y similares, no están exentas de eso. Lo que se puede ver, es que la circulación del aire natural sería más que suficiente en la mayoría de las habitaciones de los pacientes.
Sin embargo, distintas asociaciones aseguran que la implementación de dispositivos mecánicos para circulación de aire, así como aire acondicionado y calefacción, son necesarios para tener un centro de salud funcional para pacientes, doctores y demás personal.
La instalación de dispositivos artificiales de aireación conlleva una importante inversión, y los expertos coinciden
que se debe hacer lo mejor posible, al igual que sus posteriores mantenimientos periódicos. De no hacerse correctamente, los resultados podrían no ser los que esperamos. Por ejemplo, en un hospital con un determinado número de habitaciones, un grupo de personas evaluó el flujo de aire, encontrándose con detalles de mal funcionamiento del equipo o sistema.
Encontraron defectos en los flujos de aire que entraban y salían de las habitaciones en aislamiento, donde se encontraban pacientes con afecciones de transmisión aérea; este sistema no estaba bien regulado, y poco más de la mitad presentaba el mismo problema. Asimismo, en más de 10 habitaciones, se hallaron flujos de viento con cierta turbulencia, y por si fuera poco, los controles automáticos presentaban deficiencias.
Los ventiladores, extractores y demás dispositivos de ventilación mecánicos, son esenciales para la óptima circulación del aire en los interiores de los centros de salud y áreas de riesgo en general. Dicho eso, no es suficiente con implementar el mejor sistema, o el que mejor se adapte a la arquitectura o edificación del nosocomio, ya que el personal técnico e incluso el médico, son parte relevante en el uso de tales sistemas de aireación. Si no hay sinergia entre el personal y la ventilación natural o artificial, entonces surgirán problemas.
Esto repercute de manera directa o indirecta en el control cuando se realice una obre por descompostura o mantenimiento. Por ello, no sería mala idea dar algo de información al respecto, hacia todo el personal involucrado, sobre todo sabiendo que las áreas vecinas especiales, pueden requerir limpieza específica.
Uno de los errores recurrentes al momento de implementar una red de ventilación en un pequeño o gran complejo hospitalario, es que se cae en el error de que entre más robusto y costoso, mejor, cuando en realidad, estamos sobrepasando las reales necesidades en la obtención de circulación del aire. Es preponderante tomar en cuenta el diseño del edificio, para que en el futuro, los mantenimientos no sean una auténtica odisea en costos horas/hombre.
Es normal que muchas veces el personal médico no esté consciente del funcionamiento de los distintos sistemas de extracción, climatización o ventiladores como tal, y sobre todo aquellos que llegan recién nuevos a un complejo hospitalario. Esto podría dar como resultado que, la funcionalidad de dichos sistemas no se aprovechen cabalmente. Siempre será de ayuda que se otorguen algunas pequeñas inducciones a todo el personal en general, para que se usen bien los dispositivos, en pro de que no haya riesgos para los pacientes.