Ventiladores y extractores como medios para el control de transmisión de enfermedades
La propagación de enfermedades virales aéreas o por gotículas, siempre han sido un tema con el que el ser humano ha tenido que lidiar a lo largo de su historia, donde dispositivos como ventiladores, extractores e incluso
sistemas de purificación han tomado relevancia, y más en edificaciones con habitaciones en el control de virus o en los mismos hospitales, con pacientes que deben estar completamente aislados ante cualquier indicio de patógenos que atenten contra su salud.
A fuerza de ser sinceros, la realidad es que no existe una veracidad que ligue de manera directa la garantía de la erradicación de enfermedades infecciosas con respecto al uso de aparatos de ventilación o extracción, en cualquier ambiente. Pero sí se puede asegurar una contraparte, y es que al menos desde un punto de vista científico, es probable que exista una relación de aumento de patógenos y demás enfermedades virales, incentivado por una pobre aireación en un área determinada, es decir, que es posible que el uso de extractores, ventiladores o demás sistemas, ayuden a que las probabilidades de infecciones se desvanezcan. Así podemos ver la diferencia entre evitar y eliminar las enfermedades infecciosas.
De acuerdo a varios autores importantes a lo largo de la historia, se ha llegado a la conclusión de que la aparición de patógenos dañinos para el ser humano, puede verse acrecentada por una ventilación (mala o deficiente), pero
también enfatizan que no es un único factor con los que tiene que lidiar la gente que opera en nosocomios o centros de restricción de enfermedades virales. Otros factores serían: situación de salud vulnerable del paciente o huésped, dosis infectante necesaria, aspectos medioambientales externos o microclimáticos, efectividad o ineficiencia del patógeno, entre otros.
De publicaciones científicas para una reformulación de las enfermedades de transmisión, se pueden al menos sacar dos interrogantes válidas, que ayuden a definir una línea de investigación y desarrollo en el tema.
¿La tasa de ventilación natural o mecánica (ventiladores, extractores), puede contribuir a… 1.- reducción de las tasas de infección o, 2.- reducción de posibles brotes de infecciones u otras enfermedades patológicas que se transmitan de forma aérea, aérea oportunista o por gotículas? Ya sea en pacientes, colaboradores en el área de la salud, asistentes varios, miembros de una familia, etc. Si es así, ¿cuál sería la tasa de ventilación que se liga a tal afirmación?
Segunda interrogante: La misma pregunta, pero ahora buscando responder qué tanto influye del flujo de dirección del aire en ventiladores, extractores, aire acondicionado, etc., para la reducciones, y si la respuesta es positiva o significativa, entonces también deberemos responder cuáles son las condiciones de dirección y del flujo de aire que ayude a corroborar tales respuestas.
En los trabajos publicados por científicos hace unos años atrás, nos permiten identificar cuáles son los principales modos de transmisión de enfermedades, con sus alcances, definición y ejemplos de patógenos.
- Modo de transmisión aérea. Es la propagación de núcleos goticulares (microorganismos infectantes en paquetes de núcleos) infecciosos en el aire, y que se pueden diseminar durante un largo tiempo y recorriendo grandes distancias. Esta clase de transmisiones se clasifican en otros dos tipos: 1) La preferencial, cuyas trasmisiones aéreas pueden tener distintos orígenes, pero que sus medios de transmisión siempre serán a través de los núcleos goticulares. 2) La obligada; también se da por vía aérea, en la que los mismos núcleos goticulares se transmiten en condiciones de forma natural. Ejemplos de contagio: varicela, sarampión, tuberculosis pulmonar, etc.
- Modo de transmisión aérea oportunista. Los ejemplos de patógenos son: gripe, SARS; etc. También se transmiten por núcleos goticulares, pero con condiciones especiales y en distancias cortas. Un factor especial podría ser el uso de ciertos aerosoles que incentivan la propagación de patógenos.
Por gotículas. El origen o fuente son las personas que han sido infectadas, y estas vuelven a propagar los dañinos microorganismos, y el modo es cuando se habla, tose o estornuda.