Aireación insalubre y partículas dañinas para el cuerpo humano
En lugares como restaurantes o cualquier establecimiento comercial deben cumplir con las normas básicas de salubridad, y una de esas normas es el ventilar adecuadamente el lugar, ya sea por medio de ventilación natural o artificial. Tal vez lo difícil no sea el adaptar un buen sistema para la circulación del aire o para la extracción de contaminantes, sino el problema puede radicar en el poco o nulo mantenimiento que se le hagan a tales redes.
Hay que recalcar que no es obligatorio el solo disponer ventiladores o redes de aireación. Actualmente en cualquier proyecto de edificación, lo normal es que en la planeación ya se incluya un sistema íntegro para la circulación e incluso purificación natural y automática del aire que se respira en interiores, como la implementación de nuevos materiales amigables con el medio ambiente, o tan solo alguna decoración efectiva en cuanto a plantas que otorguen una pureza del aire. Sin embargo puede ser complicado lograr tal objetivo, obviamente también va a depender del uso y saturación de gente en un determinado lugar, como algún restaurante.
Un comensal va a notar de inmediato un aire viciado en el ambiente por culpa de una deficiente circulación o extracción. Precisamente un mal trabajo de los dispositivos resultará en la cero eliminación de componentes dañinos, incluso se podría empeorar el aire que vuelva a ingresar, trayéndose consigo más partículas peligrosas.
No solo es control de temperatura, además hay que tener en cuenta la humedad del lugar, si no se equilibra bien este aspecto, sin duda los agentes biológicos aparecerán, generando aún más desazón a las personas y un claro peligro para su salud en general.
Igualmente hay que entender que las emisiones de CO2 se van acrecentando en un lugar aglomerado, por ejemplo, una persona que respire tan solo el 0,03 por ciento de dióxido de carbono, al exhalar, el porcentaje subirá hasta un 4%, con una temperatura elevada. En ese sentido, en un establecimiento cerrado, esas concentraciones serán una realidad, a eso sumémosle la actividad inherente de la cocina.
No conforme con eso, hay otra realidad. Las normativas gubernamentales cada vez son más estrictas en cuanto las emisiones de gases y vapores hacia la atmósfera, por lo que ya hay que pensar en la instalación de filtros especiales ultravioletas que sean capaces de bloquear tales contaminantes. En nuestro país, expertos confirman que hay dos caras en cuanto a la evolución de los sistemas de ventiladores y extractores; por un lado no está muy profesionalizado ese tema en comparación a otros países, pero por lo menos en la rama de la construcción se están impulsando las tecnologías con certificación LEED, cuyas aplicaciones permiten un eficiente uso de la energía a la vez que satisfacen las demandas en cuanto a ventilación, calefacción, entre otros.
En cuanto a la seguridad específica de un restaurant o cocina, es trascendental que se revisen las normas en cuanto a los procesos. Por ejemplo, sería normal que en cualquier cocina industrial o comercial se cuente con alguna estufa de leña o gas, cuyo uso hará que se desprendan partículas y gases de combustión como monóxidos de hidrógeno y monóxidos de hidrógeno; todo esto conlleva una mezcla bastante peligrosa que puede repercutir en intoxicaciones severas, además de que representan un peligro latente, ya que hay probabilidades de que ocurran explosiones dentro del área en cuestión. Es fundamental diluir lo más que se pueda este tipo de componentes.
Para obtener un plus en el confort de los empleados de cocina y los mismos clientes de restaurant, se recomienda que a la hora de introducir el aire del exterior por medio de ventiladores mecánicos o naturales, éste no deba contener una temperatura menor a 14 grados Celsius y no mayor a los 28 grados Celsius, para tal caso lo mejor será implementar reguladores de temperatura o usar solo la climatización del interior.